TEMA : “La sanidad divina”
TEXTO: San Mateo 4:23-25
INTRODUCCIÓN:
Una de las calamidades fuertes que afecta a la raza humana y está causando tristeza y dolor en muchos hogares, es la enfermedad una de las áreas a las que Jesús le prestó especial atención fue a la sanidad divina (Mateo 4:23) Jesús no sólo enseñaba, no sólo predicaba, sino que también sanaba a los enfermos. Ante una experiencia (enfermedad)( que todos la hemos enfrentado es bueno conocer acerca del origen de la enfermedad y de la sanidad divina.
I EL ORIGEN DE LA ENFERMEDAD
A. La enfermedad tuvo origen en el EDÉN, como consecuencia de la desobediencia. (Génesis 2:17; Rom. 5: 12)
- Dios hace ver a su pueblo que si son obedientes, ninguna enfermedad les llegaría. (éxodo 15 : 26)
- El hombre antes de pecar era inmune a toda enfermedad pero el pecado les desprotegió.
B. No es Dios, sino el diablo, el autor de la enfermedad y la muerte. (Juan 10:10; Hechos 10:38; Hebreos 2:14-15)
C. La enfermedad a veces no es obra de Satanás, sino que puede deberse a otras causas:
- Las bebidas alcohólicas destruyen el hígado, afectan los nervios, el estómago, el cerebro y todo el cuerpo.
- El tabaco afecta el corazón, los pulmones y hasta llega a producir el cáncer.
- La glotonería produce trastornos digestivos.
- El trabajo excesivo, sin el reposo necesario puede producir fatiga mental y emocional.
- La falta de limpieza y dejar de comer (DIETAS) puede causar graves enfermedades.
- El no cuidar nuestro cuerpo cuando se siente indispuesto, ante las inclemencias del tiempo, (lluvia, aire, polvo, etc.) puede enfermarnos.
- La falta de salud del alma puede causar problemas físicos:
7.1 Ataques cardíacos a veces vienen de un ataque de ira.
7.2 Ulcerar pueden ser causadas por el estado emocional, el afán, la preocupación y el stress del diario vivir.
7.3 Algunos cólicos se deben a pleitos y disgustos.
II ¿QUE HACER ANTE ESTE GIGANTE (ENFERMEDAD) QUE NOS ASECHA DIARIAMENTE?
A. Vacúnate con el antídoto perfecto que se encuentra en Cristo Jesús. (Isaías 53: 4-5; Mateo 8:14 - 17; Romanos 5:18)
B. Cree en las promesas de Dios (Ex. 15:26; Sal. 107:20; Mr. 16:17-18)
C. Confiesa tus pecados delante del Señor. (Santiago 5:14-16)
D. Busca a los ancianos de la iglesia para que oren por tí. (Santiago 5:14)
E. Fortalécete con otros testimonios de sanidad (Testifica tú mismo también) Lucas 8:39,
F. Pide al Espíritu Santo los dones de sanidades (1ª. Cor. 12:9)
G. Guarda tu alma de todo mal (1ª. Tesalonicenses 5:23).
H. No te impacientes si no has recibido aún respuesta, Dios siempre tiene un propósito. (Juan 11:4)
CONCLUSIÓN:
Creo firmemente que si anhelamos sanidad física, más tenemos que anhelar la sanidad de nuestra alma, ésta solo viene de Jesús porque el es nuestro Salvador.
Te animo a que Jesús sane hoy tu corazón
Pertenece a: www.destellodesugloria.org
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