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lunes, 9 de mayo de 2016


Eres la única, eres la mejor,eres luchadora 
y valiente, eres mi heroína...
¡Eres mi mamá!
Feliz dia de las madres

jueves, 8 de mayo de 2014

CUANDO TU SEAS MADRE 


Este mensaje va dirigido a aquellas mujeres que algún día serán mamás y a las que ya lo son y aún tienen a sus madres consigo. Cuando tú seas madre, podrás comprender a la tuya. Qué lástima si esto ocurriera cuando fuera ya tarde para decirle: "Mamá, ahora sí te comprendo". 

El arte de ser madre se aprende en base a las propias experiencias y no es fácil. Ser madre te proporcionará muchas satisfacciones, pero también habrá sinsabores. Tendrás momentos de alegría, tristeza y hasta enojo. Reirás con tus hijos, pero también llorarás con ellos y por ellos. Como madre, tendrás que aprender a manejar una gama muy compleja de emociones y tu sensibilidad será muchas veces incomprendida. 

Al momento de tener a tu primer hijo, te darás cuenta de que tu vida jamás volverá a ser la misma. Con el paso del tiempo, irás descubriendo muchas cosas. Descubrirás un día que ese bebito que tuviste un día, indefenso, en tus brazos, parece no necesitarte más. ¿Cuándo creció que no te diste cuenta?...Estabas tan ocupada en criarlo, educarlo, alimentarlo, cuidarlo, que...no te percataste. 

Si apenas ayer, su boquita pronunciaba por primera vez la palabra ¡mamá!, una experiencia inolvidable, la más tierna caricia a los oídos de una madre. Pero has de saber que hay hijos que con esa misma boquita, cuando han crecido, pronuncian palabras hirientes, como: "Mamá, no te metas en mi vida" o "Mamá no me digas lo que tengo que hacer" o "Mamá no me estés molestando, yo sé lo que hago"...y hasta cosas peores. 

Es de esperar que cuando tú seas madre no sufras esa clase de experiencia que duele hasta el alma. No te molestes ahora con tu madre si ella se preocupa por ti y ya no eres una niña, así también lo harás tú con tus hijos. Es que el paso del tiempo no disminuye el amor y el interés de una madre por sus hijos. 

A ella le sigues importando en la misma medida que cuando eras una niña. No desprecies sus atenciones, no te molestes porque te pregunta adónde vas. Pedirle a una madre que no se preocupe por sus hijos, va contra la naturaleza que Dios le dio, ¿es eso tan difícil de comprender? Sé una hija agradecida. 

Tu madre no te ha dado todo lo que te ha dado, esperando ser retribuida, porque el amor de madre es incondicional, pero su corazón se llenará de alegría si le diriges una palabra de cariño y gratitud. Escucha los consejos de tu madre con respeto, aunque no estés de acuerdo con sus ideas. 

No seas contestona ni altanera. Hay muchas cosas que cuando eres joven no te parecen justas, pero cuando tú seas madre, te darás cuenta que ella razón. Ella tiene el deber de corregirte, cuando lo hace no está más que cumpliendo parte de la misión que Dios le dio. Si aún tienes la dicha de tener una madre, piensa en todas estas cosas. 

No esperes a que ella se haya ido para reconocer el gran amor que te tuvo. Cuántos hay en este mundo que ya no la tienen ¡valórala, respétala, escúchala, ámala! como se merece. Por último, grábate estas palabras y nunca las olvides: 

Así como yo quisiera que fueran mis hijos conmigo, así debo ser yo con mi madre. Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre. Proverbios 1:8 

Escrito por: Angélica García Sch.
Para: www.mujerescristianas.org

miércoles, 8 de mayo de 2013

AHORA TE COMPRENDO MAMA

Ahora te comprendo mamá 


Un día una mujer supo que iba a tener un bebé. Su corazón latió más fuerte, se sintió envuelta en un gozo como nunca antes lo había sentido. Salió de la consulta del ginecólogo como en las nubes, sus pies parecían no pisar el suelo. Miró a su alrededor y todo le pareció hermoso, sintió el aire más puro, vio los árboles más frondosos, el cielo más azul… La alegría de su corazón era tan grande, que no podía evitar caminar con una sonrisa en los labios. Era el día más feliz de su vida, el día en que había sabido que iba a ser mamá por primera.
Llegó a su casa y preparó una cena especial para su esposo, quería adecuar el ambiente para darle la noticia. Llegó el esposo y ella esperó a que cenara, entonces le dio la gran noticia. Los minutos que siguieron fueron de inmensa alegría. Lágrimas de felicidad asomaron a los ojos de ambos y se unieron en un amoroso y estrecho abrazo.
Comenzaron los preparativos para recibir a ese bebé tan ansiado. Adquirieron todo lo necesario a través de esos meses de espera. Sufrió todas las incomodidades de los primeros tres meses, los mareos, las náuseas, pero todos esos malestares no tenían la menor importancia para ella, mayor era su dicha que cualquier molestia física. El cuerpo de la mujer fue cambiando, ella sentía los movimientos de ese nuevo ser y se sentía rebosante de amor y felicidad. Llevaba un tesoro dentro de sí, su tesoro más preciado. A medida de que pasaba el tiempo, se le hacía más pesado el andar, su vientre se ponía enorme, pero eso tampoco le importaba. Otras mujeres le habían dicho muchas tonterías respecto a lo que iba a sufrir su cuerpo, que quedaría gorda, que no volvería a tener cintura, que se le iba a caer esto y aquello, pero ella no dejaba que esos malintencionados avisos influyeran en su vida y mucho menos le quitaran esa ilusión tan grande de ser mamá.
Y llegó el día en que su ansiado hijo quiso salir de su tibio refugio materno. Fue como a las dos de la mañana cuando empezó a sentir que su cuerpo se preparaba para el gran acontecimiento. Recordó la cita bíblica donde dice: “Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor…”, pero no le temía al dolor, estaba dispuesta a padecer todo lo necesario para que su hijo naciera. Al paso de las horas, los dolores se hacían más intensos. Acostada en su habitación de la clínica, esperaba paciente, encogiéndose en cada contracción, pero sin queja alguna. Su amado esposo, a su lado, tomando su mano, le daba ánimos y le decía palabras de amor. Llegó el momento en que sintió que ya no podía aguantar más, sentía la necesidad de gritar, se retorcía de dolor. Nunca se imaginó qué clase de dolor sería ese. Las palabras cariñosas de su esposo no tenían ningún efecto en ella, todo su ser se centraba en ese dolor insoportable.

Trató de no pensar en el dolor y vino a su mente su madre, cómo debió haber sufrido al momento de tenerla, antes, ese le parecía un tema intrascendente. Ahora reflexionaba, consideraba a su madre y la admiraba por su valentía al haber tenido cinco hijos. Ahora no pensaba en su dolor, sino en el de su madre. Se avergonzaba de las veces que le había faltado el respeto, en las veces que al verla cansada, limpiando la casa, no le había ofrecido su ayuda. Recordó también las veces que su madre le pidió que la ayudara en algún quehacer y ella se negó diciendo que tenía mucho que estudiar, pero se iba a su cuarto a escuchar música. En un par de segundos, como una ráfaga, vinieron a su mente algunos eventos que ahora le causaban tristeza y vergüenza respecto a su madre. Ahora comprendía todo lo que sufren las madres para dar la vida a un hijo, y luego cuántos sacrificios hace por él, sin pedir nada a cambio, sin embargo ese hijo ¿cómo le paga después? En medio de su dolor, pidió perdón a Dios por no haber sido una buena hija y prometió pedirle perdón a su madre y tratar de recompensarla como ella se lo merecía, dándole todo el amor y las atenciones que por estar ocupada en sí misma no le había dado.

El médico se acercó a la cama, la examinó y le dijo que ya estaba lista para dar a luz. La llevaron a la sala de partos y unos minutos después tenía a su hijo en brazos. El dolor se había esfumado, solo sentía una felicidad indescriptible por ese lindo bebé que Dios le había dado y porque sentía tranquila su conciencia después de esa confesión y su buen propósito, que por supuesto estaba decidida a cumplir.

La llevaron a su habitación. Allí la esperaban su esposo, su madre y sus hermanos, además de sus suegros. Después de las felicitaciones y muestras de cariño de todos los presentes, una enfermera les pidió que salieran para que ella descansara, pero ella solicitó la presencia de su madre. Todos se quedaron sorprendidos, pero fueron saliendo de la habitación. También le pidió a la enfermera que saliera por unos momentos. Cuando quedaron solas ella y su madre en la habitación, no pudo evitar que salieran gruesas lágrimas de arrepentimiento de sus ojos. Su madre no comprendía la causa de esas lágrimas, entonces su hija le dijo:

-       "Mamá, yo quiero pedirte perdón porque no he sido un (a) buen (a) hijo (a), porque no te he valorado ni te he respondido como tú te lo mereces. Ahora sé cuánto cuesta tener un hijo, ahora sé todo lo que tú sufriste para darme la vida, pero no solo hablo del dolor físico mamá, tú has sufrido por mí también esa otra clase de dolor, que es peor que los dolores de parto, el dolor de la indiferencia de una hija por la cual lo diste todo. Me diste tu cuerpo para que me sirviera de refugio mientras me estaba formando, luego ese mismo cuerpo tuyo me alimentó para que permaneciera viva, después me diste tus horas de descanso cuando yo lloraba, ¡cuántas noches pasaste en vela para cuidarme mamá cuando yo enfermaba y nunca escuché que te quejaras!, ¡cuántos días y noches dedicados a mí y a mis hermanos y nunca lo aprecié! …Pensaba que era tu obligación, pero ahora sé que no lo hacías por obligación, sino por amor, ese amor tan grande e incondicional que siente una madre por sus hijos desde antes de darlos a luz”- Ambas se abrazaron como desde hacía tiempo no lo hacían y luego miraron hacia la cuna, ¡realmente ese bebé había traído grandes bendiciones a sus vidas!"

"Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa". 
Salmos 127:3 NVI

Escrito por: Angélica García Sch. 
Para: www.mujerescristianas.org

martes, 7 de mayo de 2013

CUANDO TU SEAS MADRE

Cuando seas madre

Este mensaje va dirigido a aquellas mujeres que algún día serán mamás y a las que ya lo son y aun tienen a sus madres consigo. Cuando tú seas madre, podrás comprender a la tuya. Qué lástima si esto ocurriera cuando fuera ya tarde para decirle: "Mamá, ahora sí te comprendo". El arte de ser madre se aprende en base a las propias experiencias y no es fácil. Ser madre te proporcionará muchas satisfacciones, pero también habrá sinsabores. Tendrás momentos de alegría, tristeza y hasta enojo. Reirás con tus hijos, pero también llorarás con ellos y por ellos. Como madre, tendrás que aprender a manejar una gama muy compleja de emociones y tu sensibilidad será muchas veces incomprendida. Al momento de tener a tu primer hijo, te darás cuenta de que tu vida jamás volverá a ser la misma. Con el paso del tiempo, irás descubriendo muchas cosas. Descubrirás un día que ese bebito que tuviste un día, indefenso, en tus brazos, parece no necesitarte más. ¿Cuándo creció que no te diste cuenta?...Estabas tan ocupada en criarlo, educarlo, alimentarlo, cuidarlo, que...no te percataste. Si apenas ayer, su boquita pronunciaba por primera vez la palabra ¡mamá!, una experiencia inolvidable, la más tierna caricia a los oídos de una madre. Pero has de saber que hay hijos que con esa misma boquita, cuando han crecido, pronuncian palabras hirientes, como: "Mamá, no te metas en mi vida" o "Mamá no me digas lo que tengo que hacer" o "Mamá no me estés molestando, yo sé lo que hago"...y hasta cosas peores. Es de esperar que cuando tú seas madre no sufras esa clase de experiencia que duele hasta el alma.
No te molestes ahora con tu madre si ella se preocupa por ti y ya no eres una niña, así también lo harás tú con tus hijos. Es que el paso del tiempo no disminuye el amor y el interés de una madre por sus hijos. A ella le sigues importando en la misma medida que cuando eras una niña. No desprecies sus atenciones, no te molestes porque te pregunta adónde vas. Pedirle a una madre que no se preocupe por sus hijos, va contra la naturaleza que Dios le dio, ¿es eso tan difícil de comprender?
Sé una hija agradecida. Tu madre no te ha dado todo lo que te ha dado, esperando ser retribuida, porque el amor de madre es incondicional, pero su corazón se llenará de alegría si le diriges una palabra de cariño y gratitud. Escucha los consejos de tu madre con respeto, aunque no estés de acuerdo con sus ideas. No seas contestona ni altanera. Hay muchas cosas que cuando eres joven no te parecen justas, pero cuando tú seas madre, te darás cuenta que ella tenía razón. Ella tiene el deber de corregirte, cuando lo hace no está más que cumpliendo parte de la misión que Dios le dio.
Si aun tienes la dicha de tener una madre, piensa en todas estas cosas. No esperes a que ella se haya ido para reconocer el gran amor que te tuvo. Cuántos hay en este mundo que ya no la tienen ¡valórala, respétala, escúchala, ámala! como se merece. Por último, grábate estas palabras y nunca las olvides: Así como yo quisiera que fueran mis hijos conmigo, así debo ser yo con mi madre.

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, 
Y no desprecies la dirección de tu madre. Proverbios 1:8

Escrito por: Angélica García Sch.

miércoles, 9 de mayo de 2012


A continuación una serie de citas bíblicas orientados a la madre:
Ejemplos de amor maternal:

El amor de Agar por su hijo
Génesis 21:16
“y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró”.

La Madre de Moisés
Éxodo 2:3
“Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”.

La Madre de Samuel
1 Samuel 2:19
“Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado”.

El amor de Rizpa por sus hijos
2 Samuel 21: 9, 10
“y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al comenzar la siega de la cebada.
Entonces Rizpa hija de Aja tomó una tela de cilicio y la tendió para sí sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se posase sobre ellos de día, ni fieras del campo de noche”.

La madre en tiempos de Salomón
1 Reyes 3:26
“6Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey(porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo”.

La madre sunamita
2 Reyes 4: 20
“Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió”

El amor inolvidable de madre
Isaías 49:15
“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti”.

La madre cananea
Mateo 15:22
“Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio”.

La madre de Jesús
Juan 19: 25
“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena”.
Madres Piadosas

Sara
Génesis 21: 6
“Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”.

Ana
1 Samuel 1:22
“Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre”.

Elisabet
Lucas 1:41
“Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo”.

Maria
Lucas 1:46
“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor”.

Eunice
2 Timoteo 1: 5
“trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”.


jueves, 5 de mayo de 2011

Tema: “El Amor de una Madre”
Texto: Isaías 49: 15

INTRODUCCIÓN:

El amor de una madre es incomparable, solo lo supera el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Una madre es el ejemplo que mas se asemeja al amor que Dios tiene por nosotros, pero aunque su amor se muy grande hacia su hijo, no logra llegar al nivel del amor incomparable de Dios hacia sus hijos.

Pero Dios ha sido tan lindo en depositar sobre una madre un amor que permite que haga hasta lo imposible por un hijo y eso es algo que tenemos que valorar en estos días.

I. Ejemplos Bíblicos del Amor de una Madre.

a) El amor de Agar por su hijo. (Génesis 21: 16)

b) El amor que tuvo por el la madre de Moisés. (Éxodo 2:3)

c) El amor que tuvo la madre de Samuel por el. (1 Samuel 2:19)

d) El amor de la madre en el tiempo de Salomón. (1 Reyes 3:26)

e) El amor de la madre cananea. (San Mateo 15: 22)

f) El valor que tuvo la madre de Jesús para poder soportar los padecimientos de su hijo. (San Juan 19: 25)

Ante esto, ¿Qué actitud deberíamos tener hacia una madre?

II. Deberes de los hijos.

a) Honrar a nuestra madre. (Éxodo 20: 12)

b) Temer en actitud de respeto a nuestra madre. (Levíticos 19: 3)

c) No deshonrarla. (Deuteronomio 27: 16)

d) No menospreciar la enseñanza de nuestra madre. (Proverbios 30: 17)

e) Obedecerle. (Efesios 6:1)

CONCLUSIÓN:

Sin duda la madre es un regalo de Dios, su amor hacia nosotros es muy grande por lo cual debemos honrarla no solo en un día especial, sino cada día de su existencia, para que de esta manera podamos agradar a Dios.

miércoles, 4 de mayo de 2011


A continuación una serie de versículos bíblicos orientados a la madre:
Ejemplos de amor maternal:

El amor de Agar por su hijo
Génesis 21:16
“y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró”.

La Madre de Moisés
Éxodo 2:3
“Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”.

La Madre de Samuel
1 Samuel 2:19
“Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado”.

El amor de Rizpa por sus hijos
2 Samuel 21: 9, 10
“y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al comenzar la siega de la cebada.
Entonces Rizpa hija de Aja tomó una tela de cilicio y la tendió para sí sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se posase sobre ellos de día, ni fieras del campo de noche”.

La madre en tiempos de Salomón
1 Reyes 3:26
“6Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey(porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo”.

La madre sunamita
2 Reyes 4: 20
“Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió”

El amor inolvidable de madre
Isaías 49:15
“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti”.

La madre cananea
Mateo 15:22
“Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio”.

La madre de Jesús
Juan 19: 25
“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena”.
Madres Piadosas

Sara
Génesis 21: 6
“Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”.

Ana
1 Samuel 1:22
“Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre”.

Elisabet
Lucas 1:41
“Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo”.

Maria
Lucas 1:46
“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor”.

Eunice
2 Timoteo 1: 5
“trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”.


lunes, 2 de mayo de 2011



Tema: “Bosquejo para día de la Madre”

Texto: Isaías 49: 15


Introducción:
El amor de una madre es incomparable, solo lo supera el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Una madre es el ejemplo que mas se asemeja al amor que Dios tiene por nosotros, pero aunque su amor se muy grande hacia su hijo, no logra llegar al nivel del amor incomparable de Dios hacia sus hijos.
Pero Dios ha sido tan lindo en depositar sobre una madre un amor que permite que haga hasta lo imposible por un hijo y eso es algo que tenemos que valorar en estos días.

I. Ejemplos Bíblicos del Amor de una Madre.

a) El amor de Agar por su hijo. (Génesis 21: 16)
b) El amor que tuvo por el la madre de Moisés. (Éxodo 2:3)
c) El amor que tuvo la madre de Samuel por el. (1 Samuel 2:19)
d) El amor de la madre en el tiempo de Salomón. (1 Reyes 3:26)
e) El amor de la madre cananea. (San Mateo 15: 22)
f) El valor que tuvo la madre de Jesús para poder soportar los padecimientos de su hijo. (San Juan 19: 25)

Ante esto, ¿Qué actitud deberíamos tener hacia una madre?

II. Deberes de los hijos.

a) Honrar a nuestra madre. (Éxodo 20: 12)
b) Temer en actitud de respeto a nuestra madre. (Levíticos 19: 3)
c) No deshonrarla. (Deuteronomio 27: 16)
d) No menospreciar la enseñanza de nuestra madre. (Proverbios 30: 17)
e) Obedecerle. (Efesios 6:1)

Conclusión:
Sin duda la madre es un regalo de Dios, su amor hacia nosotros es muy grande por lo cual debemos honrarla no solo en un día especial, sino cada día de su existencia, para que de esta manera podamos agradar a Dios.

Autor: Enrique Monterroza
Escrito para: http://bosquejoscristianos.blogspot.com y www.destellodesugloria.org

jueves, 6 de mayo de 2010

Madres Usadas por Dios (Parte II)

“Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado”.

1 Samuel 2:19

Ana la madre de Samuel

Todos conocemos la historia de Samuel, sabemos que fue un hombre de Dios, pero para que eso sucediera tuvieron que pasar algunas situaciones en la vida de Samuel pero más aun en la vida de su Madre.

Ana era una mujer que no se le había concedido el tener hijos (1 Samuel 1: 5), por dicha razón era irritada por otras mujeres (1 Samuel 1: 6), a pesar de no tener hijos Elcana su marido la amaba, pero como toda mujer Ana quería dar un hijo a su amado esposo, por lo cual ella oraba mucho a Dios a tal punto de desgarrar su alma delante de Jehová (1 Samuel 1: 10)

Que lindo es cuando una madre anhela a su hijo, cuando este es esperado y más aun cuando este es pedido a Dios. Por lo que leemos en las primeras línea del libro de Samuel capitulo uno nos damos cuenta que Ana era una mujer entregada a la comunión personal con Dios, que ejemplo mas lindo el que nos da a todos aquellos que anhelamos que milagros ocurran en nuestra vida. Muchos de nosotros queremos grandes cosas de Dios, pero no apartamos ni siquiera diez minutos para desgarrar nuestra alma delante del Señor, con esto no quiero decir que esa es la única forma que Dios puede contestar, pero habla mucho de tu interés por la respuesta que tanto anhelas.

Dios nunca va a rechazar una oración como la de Ana, de esas oraciones que suben al cielo y que llegan como un olor grato delante del Señor, al tiempo Dios se acordó de Ana y respondió su petición (1 Samuel 1: 19, 20) ella dio a luz a su primer hijo y le puso como nombre Samuel, porque dijo: “Por cuanto lo pedí a Jehová”.

La vida de un hijo va ir marcada desde antes que nazca, nosotros que ahora tenemos el conocimiento de Dios tenemos que orar por nuestros hijos antes que nazcan. Personalmente recuerdo cuando junto a mi esposa Yamita decidimos tener a nuestro primer bebe, a las semanas de planearlo Yamita quedo embarazada, desde el día que nos dimos cuenta que estaba embarazada comenzamos a orar cada noche, todos los días poníamos nuestras manos en su vientre y bendecíamos a nuestro hijo, meses antes que naciera decidimos que se iba a llamar UZIEL que significa Poder de Dios, ahora casi diez meses y medio desde que nació Uziel nuestro hijo es un testimonio vivo de que enfermedad jamás ha tocado su vida, Dios ha sido tan lindo que nuestras oración han sido contestadas, nuestro clamor desde antes que naciese se esta cumpliendo: “tener un hijo sano”, pero eso no es todo su nombre dirá mucho de lo que Dios hará con El, Uziel tiene Poder de Dios y cuando crezca será un siervo de Dios porque ha sido dedicado para El.

Con esto quiero decir que nosotros como padres somos responsables de que es lo que queremos para nuestros hijos, Ana es un ejemplo de Madre que anhelaba un hijo, pero más allá de todo eso anhelaba servir a Dios a tal punto que decidió entregarle por completo la vida de su hijo para que le sirviera a El. Podemos leer en el versículo del inicio como Ana cada año hacia una túnica especial para Samuel y se la llevaba al templo en donde Samuel era un digno servidor de Dios.

Nada en la vida de Samuel hubiera pasado si el no hubiese tenido una madre tan entregada y sensible a la voz de Dios, he ahí el hecho de que Samuel también fue sensible a la voz de Dios a tal punto de ser uno de los grandes de la Fe.

Las madres juegan un papel muy importante para el futuro que sus hijos tendrá, depende de cada una de ellas el permitir que Dios sea quien las guíe y también depende mucho de nosotros como esposos respaldar a nuestras esposas para que sean buenas madres y como hijos también tenemos que reconocer lo importante que son nuestras madres sean como sean, ellas un día tuvieron el amor de cuidarnos y protegernos y hasta orar por nosotros y por esa razón estamos donde estamos.

Dios bendiga a cada Madre por el trabajo tan lindo que realiza para nosotros los hijos.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Tema: “Madres usadas por Dios” – Parte I
Texto: Éxodo 2:3

“Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”.

Debido a que estamos a las puertas del día de la Madre, esta semana utilizare algunos días para hablar de madres que fueron utilizadas por Dios para cumplir sus propósitos en los hijos de ellas.

Jocabed la Madre de Moisés.

Los Padres de Moisés son mencionados en Éxodo 6:20, pero en especial Jocabed tuvo un papel importante para que el propósito de Dios se cumpliera en Moisés.

Nació en un periodo en donde Faraón ordeno que echaran al río a todo hijo que naciera si este fuera varón, (Éxodo 1: 22) esto debido al temor que tenían los egipcios por el crecimiento acelerado de la cantidad de israelitas en Egipto, puesto que los egipcios temían que los israelitas se levantaran en contra de ellos, pues se estaban constituyendo un pueblo fuerte. (Éxodo 1: 9, 10)

Pero Dios tenía un propósito para la vida de Moisés y cuando esto ocurre, Dios usa a personas para que sus propósitos se cumplan. En este caso Dios uso a la Madre de Moisés, es decir a Jocabed.

Jocabed era una mujer como todas, con amor hacia sus hijos, dispuesta a cualquier cosa para preservar la vida de su pequeño hijo. Su nuevo hijo era hermoso (Éxodo 2: 2), pero mas allá de su aspecto físico el amor de una madre no podía concebir la idea de permitir que se llevaran a su pequeño y lo mataran, por esa razón Jocabed escondió a su hijo por tres meses (Éxodo 2:2).

Vayamos un poco mas allá del texto e imaginemos por un momento lo difícil que tuvo que haber sido esos tres meses en donde no podía dar a conocer que tenia a un bebe consigo, pues corría el riesgo de que alguien reportara que era varón y con ello lo echaran al río para que muriese.

La verdad es que una madre esta dispuesta a correr cualquier riesgo por amor a su hijo, yo me imagino lo difícil que era para ella esconderlo por tanto tiempo (Éxodo 2: 3), pero las cosas se complicaron y pudo esconderlo mas, lo mas fácil era entregarse y permitir que su hijo sufriera el mismo final de todos aquellos niños varones que nacieron en esa época, pero su Madre no estaba dispuesta a que esto ocurriese pese a que no podía esconderlo mas, por lo que hizo hasta lo imposible por tratar de preservar su vida, sin saber que estaba preservando la vida del que seria el libertador del pueblo de Israel, un caudillo al que Dios utilizaría para dicho fin.

La mayoría de madres no se dan cuenta de la importancia que tienen para que los propósitos de Dios se cumplan en las vidas de sus hijos y no las culpo. Ellas tratan con todo amor de criar a sus hijos, de educarlos lo mejor que pueden para que sean hombres y mujeres de provecho, pero llega un momento en donde todo ese sacrificio y esa dedicación tiene su premio, pues tu nunca sabes si en tus brazos tienes al próximo caudillo que Dios utilizara para un fin.

El amor desmedido de Jocabed por su hijo fue el arma que Dios utilizo para proteger la vida de Moisés, Jocabed tuvo su premio, puesto que a pesar que la hija de Faraón tomo posesión de Moisés, Jocabed estuvo cerca de el por mucho tiempo, amamantándolo y criándolo (Éxodo 2: 8-10).

Sin dudas las Madres juegan un papel fundamental para que los propósitos de Dios se cumplan en la vida de sus hijos, si Jocabed no hubiera tenido el valor de preservar la vida de Moisés, de ingeniárselas para que la hija de Faraón lo adoptara y mas aun de criarlo durante sus primeros años de vida, Moisés nunca hubiera sido el caudillo de Israel y ni siquiera existiera en los párrafos de la historia de Israel.

Toda madre influye directa o indirectamente para que los planes de Dios se cumplan en sus tan queridos hijos, por esa razón cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de honrar a nuestras madres, de obedecerlas y de bendecirlas, puesto que ellas han dedicado los primeros años de vida para cuidarnos y protegernos, sin que eso hubiera pasado no pudiéramos estar acá, ni escribiendo, ni leyendo. Tal vez tu digas: “Yo no tuve una mama cerca”, y quizá así lo quiso Dios, pero alguien tuvo que fungir con esa función ya sea tu padre, tu tía, tu abuela o alguien a quien Dios envió para que te cuidara y te protegiera y ahora estés gozando de una vida llena de bendiciones de parte de Dios.

Amados hermanos, no utilicemos un día en especial para decirle a nuestra madre lo mucho que la amamos, que cada día con nuestras acciones podamos demostrarle la importancia que han tenido para que nosotros estemos donde estamos, pues Dios ha sido quien las a utilizado hasta aquí.

Jocabed la madre que por amor a su hijo estuvo dispuesta a ingeniárselas para que sobreviviera y con ello llegara a ser uno de los grandes de la Historia.

Autor: Enrique Monterroza

martes, 4 de mayo de 2010


A continuación una serie de versículos bíblicos orientados a la madre:
Ejemplos de amor maternal:

El amor de Agar por su hijo
Génesis 21:16
“y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró”.

La Madre de Moisés
Éxodo 2:3
“Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”.

La Madre de Samuel
1 Samuel 2:19
“Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado”.

El amor de Rizpa por sus hijos
2 Samuel 21: 9, 10
“y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al comenzar la siega de la cebada.
Entonces Rizpa hija de Aja tomó una tela de cilicio y la tendió para sí sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se posase sobre ellos de día, ni fieras del campo de noche”.

La madre en tiempos de Salomón
1 Reyes 3:26
“6Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey(porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo”.

La madre sunamita
2 Reyes 4: 20
“Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió”

El amor inolvidable de madre
Isaías 49:15
“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti”.

La madre cananea
Mateo 15:22
“Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio”.

La madre de Jesús
Juan 19: 25
“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena”.
Madres Piadosas

Sara
Génesis 21: 6
“Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”.

Ana
1 Samuel 1:22
“Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre”.

Elisabet
Lucas 1:41
“Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo”.

Maria
Lucas 1:46
“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor”.

Eunice
2 Timoteo 1: 5
“trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”.


viernes, 1 de mayo de 2009



Tema: “Bosquejo para día de la Madre”

Texto: Isaías 49: 15


Introducción:
El amor de una madre es incomparable, solo lo supera el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Una madre es el ejemplo que mas se asemeja al amor que Dios tiene por nosotros, pero aunque su amor se muy grande hacia su hijo, no logra llegar al nivel del amor incomparable de Dios hacia sus hijos.
Pero Dios ha sido tan lindo en depositar sobre una madre un amor que permite que haga hasta lo imposible por un hijo y eso es algo que tenemos que valorar en estos días.

I. Ejemplos Bíblicos del Amor de una Madre.

a) El amor de Agar por su hijo. (Génesis 21: 16)
b) El amor que tuvo por el la madre de Moisés. (Éxodo 2:3)
c) El amor que tuvo la madre de Samuel por el. (1 Samuel 2:19)
d) El amor de la madre en el tiempo de Salomón. (1 Reyes 3:26)
e) El amor de la madre cananea. (San Mateo 15: 22)
f) El valor que tuvo la madre de Jesús para poder soportar los padecimientos de su hijo. (San Juan 19: 25)

Ante esto, ¿Qué actitud deberíamos tener hacia una madre?

II. Deberes de los hijos.

a) Honrar a nuestra madre. (Éxodo 20: 12)
b) Temer en actitud de respeto a nuestra madre. (Levíticos 19: 3)
c) No deshonrarla. (Deuteronomio 27: 16)
d) No menospreciar la enseñanza de nuestra madre. (Proverbios 30: 17)
e) Obedecerle. (Efesios 6:1)

Conclusión:
Sin duda la madre es un regalo de Dios, su amor hacia nosotros es muy grande por lo cual debemos honrarla no solo en un día especial, sino cada día de su existencia, para que de esta manera podamos agradar a Dios.

Autor: Enrique Monterroza
Escrito para: http://bosquejoscristianos.blogspot.com y www.destellodesugloria.org



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